La importancia de la quema del mueble no se reduce sólo al “fallecimiento” del objeto sino a la creación de un lugar para el recuerdo de este, y como entra a formar parte en la memoria de los individuos que lo presenciaron. El lugar no sólo permite el recuerdo del suceso o acción, sino que es un rastro de los individuos, de sí mismos, rastros que les permiten reconocerse tanto de manera individual, colectiva y con el lugar.
como os pille el seprona verás!! 😛
interesante proceso crematorio, mola cómo conviertes en arte las cosas más aparentemente cotidianas.
En esas estuvimos,porque quemamos dos días después de que entrara la prohibición de verano. Allí estaba la emoción del asunto.
No lo convierto en arte, es que lo cotidiano… es el arte.