Una xoni xula cogió el taxi del zar. Fue a cenar con unas suecas un guiso apuntando el fuego con niquel. Emulé que la oda de leo provocó el impago del cui reo, pero un lento tácito fachado de sexo dió una solea-ea. «Todo comenzará a arder cuando vedan la tiña de leo con je» dictaminó una implacable bu.
Me-mo-la-e-sa-Xo-ni.